Todos venimos notando las diferencias climatológicas desde hace algunos años, pero, sin duda, este 2022 se lleva la palma. Temperaturas prácticamente primaverales entrado el mes de noviembre no son lo habitual y la sequía persistente de los últimos meses ha empeorado las cosas por lo que al campo se refiere. Y es que esta 'tormenta perfecta' está afectando a la fruta y verdura de temporada, lo que se nota ya a simple vista en los supermercados.
Nos referimos a estos alimentos 'feos' que muchas veces los supermercados e hipermercados se resisten a poner a la venta. Las inusuales altas temperaturas y la ausencia de lluvias afectan a estos productos en origen alterando su apariencia, pero conviene recordar que, desde el punto de vista nutricional, siguen siendo excelentes.
Como os informábamos a principios del pasado mes de septiembre, la cadena Lidl daba un paso al frente en Reino Unido para plantar cara a la sequía y decidía poner a la venta frutas y verduras 'feas' comercializándolas normalmente con el resto de productos de su misma clase. Además, la enseña alemana animaba a otros supermercados a seguir su propuesta.
Cada año se descartan alrededor de 50 millones de toneladas de fruta y verdura cultivadas en Europa, por lo que la cadena decidió ponerle freno a esta práctica, y más en tiempos de sequía y altos costes energéticos.
Berenjenas, calabacines, tomates, zanahorias, manzanas o melocotones tienen así nuevas oportunidades para llegar hasta los supermercados. Como recomendación básica, es importante consumir frutas y verduras de temporada, porque se hallan en su mejor momento de sabor y cualidades nutricionales, pero siempre prestando atención a su firmeza.
LUCHA CONTRA EL DESPERDICIO ALIMENTARIO
En líneas generales, la distribución avanza en la lucha contra el desperdicio alimentario. A este respecto, cabe recordar una iniciativa de Eroski, de la que os hablamos a principios de este año, para comercializar naranjas y mandarinas con la protección vegetal de la empresa norteamericana Apeel, elaborada a partir de sustancias vegetales y que conserva la fruta en óptimas condiciones de consumo hasta el doble de tiempo.
Se trata, en concreto, de una cáscara adicional de origen vegetal que impide que penetre el oxígeno desde el exterior mientras mantiene por más tiempo su humedad natural en el interior, lo que incrementa la vida útil de frutas y verduras manteniéndolas frescas y sabrosas durante el doble de tiempo. La barrera vegetal que crea no pasa al interior de la fruta, es transparente y sin sabor, ni olor. Su función es proteger las frutas para que maduren de forma natural manteniendo sus cualidades durante más tiempo.
