La fotografía gastronómica es uno de los terrenos en los que hay que superar más dificultades si quieres convertirte en un experto. Son pocas las personas que han llegado a realizar este tipo de fotografías de forma profesional. Normalmente destacan las grandes multinacionales de comida rápida, con esos anuncios tan impresionantes y esos carteles publicitarios que te atraen sin remedio, gracias a la labor de una persona especializada únicamente en embellecer los platos de comida. Pero convertirte en profesional en el tema de la fotografía gastronómica no es algo imposible de conseguir.
A continuación, te mostraré varios consejos que te ayudarán a llegar a la cima de este gran reto.
La madera como base
Parece algo sin importancia, pero el hecho de poner la comida más tradicional en superficies de madera trasmite de forma indirecta esa sensación de autenticidad y sencillez que te lleva a tiempos pasados y te recuerda a la comida de las abuelas.
Una foto de mil
No te limites a fotografiar desde una sola perspectiva. Prueba a hacer fotos desde distintos ángulos y posiciones. De esta forma irás aprendiendo qué perspectivas son las mejores, además de tener varias imágenes entre las que elegir.
Luz natural mejor que artificial
Aprovecha las horas del día en las que hay más luz. Nunca pongas un foco de luz artificial porque se notará y quedará menos atrayente. Abre las cortinas y deja que la luz empape ese maravilloso plato que quieres captar para la eternidad.
Cuanto más, peor
Sí, puede parecerte ilógico, pero es así. En el campo de la fotografía gastronómica conseguirás que tu imagen triunfe más si tiene pocos elementos. La sencillez de un plato minimalista quedará mejor que uno rebosante de comida.
El fondo y el plato no son lo importante
No hace falta que crees un fondo muy decorado, con motivos artísticos y espacios impresionantes. Tu objetivo es que el plato destaque. Si pones demasiados elementos en el fondo solo conseguirás que quiten protagonismo al plato. De forma involuntaria, la atención del espectador se dirigirá al decorado, olvidándose por un momento del plato.
Utiliza un trípode
Si colocas la cámara en una base conseguirás mayor nitidez y te será más fácil ya que de esta forma no tendrás que preocuparte de tu pulso ni de mantener los brazos quietos. El hecho de conseguir una gran nitidez contribuye a que el espectador pueda ver mejor los distintos colores y texturas que muestra tu plato.
Edita las fotografías
Una vez tengas la fotografía hecha, pásala por algún programa de edición de imágenes. De esta forma podrás darle los últimos retoques, resaltar los colores, modificar los tonos y destacar las texturas.
Como puedes ver, el arte de la fotografía gastronómica no es tarea fácil. Para conseguirlo debes tener perseverancia y no rendirte. Solo con un trabajo constante y mucho esfuerzo conseguirás llegar a ser un profesional. Parece duro, pero si algo te gusta, siempre lo haces con ganas y energía. Así que ¡mucho ánimo!
