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Salud | Los 5 alimentos cancerígenos que deberías evitar en tu alimentación

Tener una buena salud es fundamental. Una alimentación adecuada y saludable ayuda a prevenir el cáncer. Te contamos cómo puedes conseguirlo.

Campaña el azúcar mata
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Diversos estudios epidemiológicos han demostrado que existe una relación causal entre algunos tipos de cáncer y determinados hábitos de vida, como el tabaquismo y la exposición a contaminantes ambientales, y también con el consumo recurrente de ciertos alimentos. De hecho, la dieta es la segunda causa previsible (después del tabaco) de más de la tercera parte de los casos de cáncer.

Evidentemente, una sola comida donde haya un exceso de alimentos poco saludables no provoca cáncer, pero si estos hábitos dietéticos inadecuados se prolongan en el tiempo, el riesgo de desarrollar un tumor aumenta significativamente. De ahí la importancia de conocer los alimentos y hábitos con un potencial cancerígeno confirmado para evitarlos o limitarlos.

Conexiones entre los alimentos y el cáncer

Es difícil encontrar relaciones específicas entre un alimento o un nutriente y el cáncer debido a lo siguiente:

  • Los alimentos contienen muchas sustancias que pueden aumentar o disminuir el riesgo de cáncer.
  • La mayoría de las personas comen y beben diversos alimentos. Esto genera interacciones que son difíciles de estudiar.
  • Los efectos de los alimentos o nutrientes pueden variar según la cantidad que ingiera.
  • Algunas investigaciones muestran que la preparación de los alimentos puede influir en el riesgo o los beneficios.

Lista de alimentos cancerígenos

A continuación te explicamos algunos de los alimentos y hábitos que conviene reducir o eliminar por su relación con el riesgo de desarrollo de distintos tipos de tumores.

Los Aditivos

Los aditivos son sustancias que pueden ser añadidas a los alimentos y bebidas para asegurar su conservación en buen estado durante más tiempo y/o mejorar sus cualidades organolépticas, es decir, de sabor, aroma, color y textura. Los más utilizados son los antioxidantes, conservantes, colorantes, edulcorantes y potenciadores del sabor.

Durante años se han manifestado posturas encontradas en relación con el papel nocivo de los aditivos alimentarios. La conclusión a la que han llegado los expertos es que lo importante es vigilar las cantidades consumidas. Los aditivos con efecto cancerígeno más conocido son los conservantes como: 

  • E-230, E-231 y E-232. Se aplican sobre la pulpa de cítricos y se sospecha que pueden provocar cáncer de vejiga.
  • E-239. Evita el crecimiento de mohos y bacterias y la UE lo permite únicamente para evitar el hinchamiento del queso tipo provolone.
  • E-284. Utilizado como conservante del caviar, es tóxico nervioso.
  • E-249 y E-250. Se utilizan en el curado de productos cárnicos para suprimir microorganismos, para dar estabilidad al color y para el gusto característico del salazón. El consumo de cantidades adecuadas de vitamina C, verduras y frutas frescas puede contrarrestar el efecto nocivo de los nitratos y nitritos.

Dietas ricas en grasas y frituras

El consumo excesivo de alimentos con alto contenido en grasas, junto con una actividad física insuficiente y una dieta pobre en alimentos hipocalóricos como fruta y verdura, influye en la aparición de cánceres como el de mama, próstata o riñón, entre otros.

Por tanto, se debe limitar la ingesta de grasas (inferior al 30% del aporte energético diario) sustituir las grasas saturadas por grasas insaturadas y tratar de eliminar los alimentos con ácidos grasos trans, como las frituras envasadas. 

Las grasas saturadas no deben superar el 10% del total de grasas consumidas al día (bacon, panceta, embutidos como el salchichón, la morcilla o los patés). Se recomienda sustiturirlos por pescados azules, carnes magras y caza. 

Debemos evitar cocinar con mantequilla y manteca. En su lugar, conviene utilizar aceite vegetal como el de oliva, rico en ácidos omega 3, que constituyen una protección frente al cáncer, especialmente, el de mama. 

Azúcares refinados

La bollería industrial, las tartas, las confituras y demás productos de repostería contienen altas concentraciones de azúcares y de grasas y escaso aporte de nutrientes, por lo que su consumo debe ser excepcional.

El azúcar, que se añade a muchos productos (como un yogur o un vaso de leche)  también debe ser reducido, al igual que otros edulcorantes. En su lugar, recomendamos tomar miel de abeja, siempre en pequeñas cantidades.

Sal

La mayoría de los alimentos que consumimos ya contienen sal, sin embargo, tenemos la costumbre de añadir más sal produciendo una sobrecarga de este ingrediente y provocando el riesgo de padecer hipertensión y retención de líquidos que puede trasformarse en el estómago en nitrosamina (sustancia con alto poder cancerígeno). Por tanto, conviene sustituir la sal por otros condimentos como el ajo, la cebolla, el perejil, el laurel, el clavo o la salvia. 

Alimentos procesados

En la categoría de alimentos procesados cancerígenos se incluyen las salchichas, conservas, embutidos o la carne en lata. Suelen contener sustancias nocivas como conservantes y colorantes artificiales, que son perjudiciales para la salud y se relacionan con el cáncer colorrectal, de estómago o de hígado.

Las Carnes rojas

El consumo abundante de carne roja aumenta el riesgo de cáncer colorrectal y hay evidencias que sugieren que aumenta también el riesgo de cáncer de esófago, estómago, pulmón, páncreas y útero. Un consumo razonable de carne roja (ternera, cerdo, cordero) se estima en 1 o 2 raciones por semana. Para las carnes blancas (pollo, pavo, conejo) lo ideal son 3-4 raciones por semana.

El Alcohol

Existen evidencias científicas de que la ingesta elevada de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, colon, mama, estómago y páncreas.  En general, hay una relación dosis-respuesta positiva y lineal. Además, la combinación del alcohol con el tabaco incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de boca, laringe y esófago. Según recoge la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en su página web, la cantidad apropiada de alcohol para la prevención del cáncer es ninguna.

Por ello, cuando vayas a preparar la lista de la compra o la planificación semanal de tus menús y recetas, ten en cuenta estos consejos sobre reducir o eliminar determinados alimentos y hábitos de tu dieta, ayudando a prevenir una enfermedad tan dura como el cáncer.

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