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Salud | Consejos de nutrición para prevenir el cáncer

El mundo vegetal nos da las claves para mantener un estilo de vida oncosaludable. La doctora Emilia Gómez Pardo, asesora en temas de nutrición y salud de CRIS contra el cáncer, nos lo cuenta.

Como todos sabemos, un estilo de vida y una alimentación saludables son fundamentales para asegurar una buena salud y disminuir el riesgo de padecer un cáncer. La ciencia ha demostrado que la alimentación puede ser aliada o enemiga a la hora de proteger o poner en riesgo nuestra salud y se ha demostrado que hasta el 40% de los casos de cáncer podrían desaparecer si llevásemos un estilo de vida saludable.

Con la ayuda de la doctora Emilia Gómez Pardo, asesora en temas de nutrición y salud de CRIS contra el cáncer, os ofrecemos algunos consejos de nutrición que son absolutamente esenciales para mantenernos sanos y prevenir el cáncer.

Lo primero que aclara esta experta es que el estilo de vida oncosaludable realmente es sinónimo del estilo de vida saludable. "Es onco, es cardio y es lo que hay que hacer para promocionar la salud", afirma. Se caracteriza por las cinco siguientes claves:

1.- Huir de los tóxicos (alcohol y tabaco).

2.- Llevar una alimentación saludable.

3.- Mantener una vida activa.

4.- Huir del sedentarismo.

5.- Mantener un peso saludable.

"Lo primero de todo es no hacer daño a nuestro cuerpo eliminando alimentos ultraprocesados, carne procesada, bebidas azucaradas y alcohol. A continuación debemos dar a nuestro cuerpo las cosas que necesita para funcionar apropiadamente, que son los alimentos procedentes del mundo vegetal. Esto es lo que marca la diferencia. Cuando hablamos de alimentación y de prevenir el cáncer, la clave está en el mundo vegetal", señala la doctora Gómez Pardo.

En términos bioquímicos, asegura, lo que nos interesa es una alimentación nutritiva, antiinflamatoria, rica en fibra... y todo esto es lo que nos aportan los alimentos vegetales. "Por eso mismo, hay que elegir verduras, frutas, alimentos integrales, legumbres, frutos secos. Y la combinación de estos grandes grupos nos asegura una alimentación antoixidante, nutritiva y antiinflamatoria de forma general", explica.

También tendríamos que pensar en aquellos alimentos que nos proporcionan carotenoides, un tipo de compuesto bioactivo que nos ofrecen las plantas y que tiene mucho que decir en la prevención del cáncer de mama. Es un compuesto que da mayoritariamente el color naranja a los alimentos (zanahorias, calabaza...).

SENCILLO DE DECIR, DIFÍCIL DE HACER

Es más que seguro que estas indicaciones, a priori básicas, hemos intentado seguirlas todos en numerosas ocasiones. Sin embargo, "es tan sencillo de decir como difícil de hacer", subraya esta experta en nutrición.

Es preciso concienciarse de la necesidad de incrementar el consumo de todos esos alimentos. Frutas y verduras no pueden faltar ni un solo día en la dieta diaria. "Con las de temporada te aseguras que tienes un mayor contenido nutricional y si son de proximidad nos garantizan que son más cuidadosos con el medioambiente, lo cual también es importante cuando hablamos de cáncer", señala.

"Yo elegiría, dentro de las verduras, el consumo semanal de hojas y crucíferas. Son aquellas que tienen forma de bola, como la coliflor, el repollo, el brécol, el romanescu, que ahora está muy de moda, etc. Y, por supuesto, todas las de colores, como tomates, zanahorias... todo vale", dice la doctora.

OJO AL CONSUMO DE ALCOHOL

Cuando hablamos de no hacernos daño todos tenemos claro que el consumo de tabaco es altamente dañino. Sin embargo, este peligro no está tan asociado con el consumo de alcohol. "La ciencia lo deja claro: el consumo de alcohol está relacionado con muchos tipos de cánceres, como el de mama, el de colon y otros del sistema digestivo. No hay un consumo de alcohol compatible con la salud. No cabe en un estilo de vida oncosaludable", afirma Emilia Gómez Pardo.

Además, no hay que olvidar otra clave en el estilo de vida saludable: la vida activa, el movimiento, debe formar parte de nuestro día a día. Y esto tiene dos componentes básicos: la actividad física por un lado y evitar el sedentarismo por otro. "Son dos componentes distintos y cada uno tiene su impacto en el riesgo o en la protección del cáncer. La Organización Mundial de la Salud estima que son imprescindibles 150 minutos a la semana de actividad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa. Y no se deben estar ocho horas seguidas sentados o de la cama al sofá, al coche y de vuelta a la cama. Aunque cumplas con la primera parte, si practicas la segunda también estás incumpliendo esa máxima", concluye.

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