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Salud | Los niños españoles se exceden en el consumo de alimentos hipercalóricos

Un estudio científico determina que las leches infantiles enriquecidas ayudan a mantener una dieta saludable.

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Los niños españoles se exceden en el consumo de alimentos hipercalóricos

Los niños españoles deberían reducir el consumo de alimentos apetitosos e hipercalóricos, pues muestran un "alto consumo" de productos considerados menos saludables. De hecho, se ha observado que, en líneas generales, el consumo de alimentos considerados menos saludables va aumentando con la edad, mientras que se reduce el de otros alimentos saludables, como la leche y los productos lácteos, las verduras y las frutas.

Esta es una de las conclusiones de la última investigación publicada en la revista internacional Nutrients en el marco del Estudio EsNuPI (Estudio Nutricional en Población Infantil Española), llevada a cabo por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de la Nutrición (FINUT).

Sin embargo, el estudio también muestra que los niños que consumen habitualmente leches infantiles enriquecidas mostraron un patrón dietético más saludable relacionado con la dieta mediterránea como componente principal, con un alto consumo de cereales, frutas, verduras, así como de leche y productos lácteos.

Comparando ambas muestras de la población infantil incluida en el estudio (población de referencia y niños consumidores de leches infantiles enriquecidas) se apreciaron diferencias significativas en la dieta. Frente al patrón alimentario asociado a la dieta mediterránea, predominante entre los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas, los niños de la población de referencia presentaron un patrón dietético cuyo principal componente eran los alimentos englobados en el grupo de "hipercalóricos y apetitosos", con un consumo alto de azúcares y grasas.

BOLLERÍA, PRECOCINADOS VS FRUTAS, VERDURAS Y LÁCTEOS

El consumo de alimentos considerados menos saludables, como bollería, repostería, alimentos precocinados o aperitivos fue significativamente mayor en el grupo de niños de la población de referencia, mientras que los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas presentaron consumos más altos de frutas, verduras, leche y productos lácteos y cereales.

A medida que los niños crecen, su exposición a alimentos procesados es mayor, según el estudio

En concreto, los niños consumidores de leches infantiles enriquecidas de 3 a 6 años mostraron un consumo similar de leche y productos lácteos, cereales, carnes y productos cárnicos, frutas, verduras y huevos en comparación con los niños de 1 a 3 años. "A medida que los niños crecen, su exposición a alimentos procesados es mayor".

La investigación asegura que esto puede llevar a patrones dietéticos menos saludables porque, además de que habitualmente estos alimentos son más calóricos y más ricos en azucares añadidos y grasas saturadas, su consumo va en detrimento de los alimentos que realmente deberían componer la base de la dieta de los niños, como, por ejemplo, la fruta y la verdura, la leche y los productos lácteos o los huevos y cereales", explica el profesor Angel Gil, presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada.

"Conocer los patrones de alimentación de los niños puede ayudar a establecer recomendaciones y evitar hábitos dietéticos poco saludables, que se asocian con una mayor prevalencia de enfermedades a corto, medio y largo plazo, incluida la edad adulta", señala el profesor Gregorio Varela-Moreiras. "Hay que tener en cuenta, además, que los hábitos y patrones de alimentación que se establezcan en la infancia persistirán a lo largo de la vida y por eso es tan importante seguir trabajando en la educación nutricional de los niños y de sus padres", añade.

FACTORES SOCIODEMOGRÁFICOS

Las conclusiones del estudio dejan ver también que ciertos factores sociodemográficos y de estilo de vida podrían ser determinantes de los patrones de alimentación. Se observó que los niños cuyos padres tenían niveles de formación y de ingresos más bajos presentaban patrones dietéticos menos saludables y conductas más sedentarias y que estilos de vida más saludables se asociaban con patrones de alimentación más recomendables y a la inversa.

Finalmente, según se desprende de otros trabajos publicados en el marco del citado estudio, las leches infantiles enriquecidas, como las denominadas fórmulas de crecimiento, suponen una oportunidad para mejorar el perfil del consumo de grasa de los niños y ayuda a mejorar las ingestas de nutrientes implicados en la salud ósea, como el calcio, el magnesio y la vitamina D.

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