Con la polémica surgida estos últimos días acerca de si se topan o no los precios de algunos alimentos básicos, ha quedado de lado una de las cuestiones que el Gobierno quiso poner sobre la mesa: la llamada cesta básica no solo tenía que ser asequible en precio, sino que se pidió que fuera equilibrada y nutritiva.
Con esos mimbres, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha elaborado una serie de recomendaciones alimenticias dirigidas a la población general. También se tiene en cuenta el impacto ecológico de la dieta, por lo que Aesan realiza indicaciones también en ese sentido.
Desde la Agencia, se apunta que "la adopción de un patrón de dieta variada y equilibrada, con un mayor predominio de alimentos de origen vegetal y una menor presencia de alimentos de origen animal, puede mejorar el estado de salud y bienestar, a la vez que reducir el impacto medioambiental".
De ese modo, las principales recomendaciones son las siguientes:
- Hortalizas. Al menos 3 raciones diarias.
- Frutas. 2 o 3 raciones diarias.
- Patatas y otros tubérculos. La Aesan no precisa, pero habla de un "consumo moderado".
- Cereales. Entre 3 y 6 raciones de cereales diarias, dependiendo de las necesidades energéticas de cada persona, y no más de 4 raciones si se necesita restringir la ingesta calórica, priorizando en todo caso los cereales de grano entero y productos integrales.
- Lácteos. No más de 3 raciones diarias, evitando aquellos con azúcares añadidos o los que tienen un alto contenido en sal.
- Legumbres. 4 raciones a la semana.
- Frutos secos. 3 o más raciones semanales de frutos secos sin sal ni grasas ni azúcares añadidos.
- Pescado. 3 o más raciones a la semana, con prioridad para el pescado azul y las especies con menor impacto ambiental,
- Huevos. 4 raciones a la semana.
- Carne. Un máximo de 3 raciones semanales de carne, priorizando el consumo de carne de aves y conejo y minimizando la carne procesada.
- Por último, se recomienda el aceite de oliva como grasa de elección para la preparación culinaria de los alimentos y beber tanta agua como sea necesaria, considerándose ésta la bebida principal de una dieta saludable.
